Comunicado. El cáncer infantil, segunda causa de muerte en menores de cuatro a 15 años, presenta una preocupante brecha en la tasa de supervivencia en los países por su grado de desarrollo. Mientras que en países de ingresos altos, la sobrevida es de 80% en los pacientes infantiles, en países de ingresos medianos y bajos la tasa es de 20%. Esta diferencia evidencia cómo el acceso a servicios médicos, tratamientos oportunos y atención integral influye directamente en las posibilidades de vida.
Con base en datos del Registro de Cáncer en Niños y Adolescentes (RCNA), en países con ingresos altos sobreviven más del 80% de las personas menores de edad diagnosticadas con cáncer, lo que resalta la necesidad de mejorar el acceso y la calidad de la atención oncológica pediátrica en los países con menor ingreso.
En México, la incidencia de cáncer infantil se ha mantenido estable en los últimos 18 años, con 7,000 casos nuevos al año. La leucemia representa el 52% de los diagnósticos, seguido de los tumores del sistema nervioso central y linfomas.
La supervivencia a cinco años en niños con leucemia linfoblástica aguda ha alcanzado el 57.5%, aunque esta cifra varía entre 45% y 73%, dependiendo del acceso al tratamiento, los recursos disponibles y la calidad del acompañamiento médico y psicosocial.
Ante este panorama, se vuelve urgente rediseñar la forma en que se atiende el cáncer infantil en México. Es fundamental integrar un enfoque socioeducativo en la atención oncológica pediátrica, fortalecer la infraestructura y las condiciones de los hospitales públicos, alinear los tratamientos a los estándares y garantizar que ningún niño quede sin atención por falta de recursos o infraestructura médica adecuada. Abordar estas brechas es clave para mejorar la tasa de supervivencia y la calidad de vida de los niños con cáncer en el país, y para responder de manera efectiva al desafío global que representa esta enfermedad.
En este contexto, Casa de la Amistad para Niños con Cáncer juega un papel crucial al brindar apoyo integral y gratuito a niñas, niños y jóvenes de escasos recursos que enfrentan esta enfermedad. A través de tratamientos médicos, alojamiento, alimentación, acompañamiento emocional y programas educativos, la fundación contribuye significativamente a reducir las brechas de desigualdad en la atención oncológica pediátrica. Su labor, respaldada por el compromiso de aliados y donantes, demuestra que es posible cambiar realidades y dar esperanza a miles de familias en México.
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