Pérdida de productividad por enfermedad resta en promedio 3.5% del PIB en Latam: Fifarma y WifOR

Comunicado. La Federación Latinoamericana de la Industria Farmacéutica (FIFARMA), en colaboración con el instituto alemán de investigación económica WifOR, presentaron un informe que evalúa el impacto social y económico de siete enfermedades en ocho países latinoamericanos.

El estudio estima el costo de las pérdidas de productividad y los impactos económicos derivados de estas enfermedades en Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, México y Perú. Las enfermedades estudiadas incluyen afecciones cardiovasculares, neoplasias, enfermedad isquémica del corazón, diabetes tipo 2, infecciones respiratorias inferiores, cáncer de mama y migraña.

Para determinar el impacto socioeconómico de las enfermedades, el estudio contempla dos escenarios. En primer lugar, el enfoque del capital humano donde se asume la pérdida irremplazable de la productividad de un individuo al fallecer prematuramente y el segundo escenario el enfoque de costo de fricción donde, en el término de un año, las tareas del fallecido son asumidas por otro individuo o tecnología. Bajo esta segunda suposición, el costo social y económico de las enfermedades representó en promedio el 3,5% del PIB de cada país en 2022.

El estudio afirma que durante el período 2018-2022, las economías latinoamericanas dejaron de producir 895 mil mdd por pérdidas de productividad causadas por estas enfermedades, lo que representa 2,145 mdd per cápita. Lo anterior implica que todos los mayores de 15 años tendrían que trabajar 10.3 días más para compensar estas pérdidas de productividad.

El resultado de este estudio propone un cambio de paradigma donde el presupuesto en salud no sea considerado un gasto, sino una inversión crucial para el crecimiento económico, la prosperidad, la innovación y el bienestar social, entendiendo que la carga de la enfermedad no solo afecta a los individuos que la padecen, también tiene repercusiones a nivel social y económico, impacta en la productividad laboral, los costos de atención médica y la calidad de vida de la población.

Yaneth Giha, directora ejecutiva de FIFARMA, concluyó: “Todos los actores del sector salud debemos trabajar conjuntamente para reducir estos efectos en los países. Se necesitan políticas públicas robustas, que incluyan acciones preventivas y educativas, así como un acceso efectivo a tratamientos innovadores. Invertir en salud es vital, pues no solo reduce costos a largo plazo, sino que también contribuye al crecimiento económico y al desarrollo social.”

 

 

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