Uso desmedido de antibióticos, amenaza latente para la salud de los mexicanos

Comunicado. En México, la automedicación con antibióticos sigue siendo una práctica común entre muchas familias, a pesar de los graves riesgos que conlleva para la salud individual y colectiva. La Resistencia a los Antimicrobianos (RAM) no sólo es un problema médico lejano sino una amenaza que afecta a todos, desde niños hasta adultos mayores, convirtiendo infecciones comunes en batallas mortales. Según la OMS, la RAM se encuentra entre las diez principales amenazas para la salud a nivel mundial.

La RAM ocurre cuando microorganismos como bacterias, virus, hongos o parásitos evolucionan y dejan de responder a los medicamentos diseñados para combatirlos. Esto no solo prolonga las enfermedades, sino que dificulta su tratamiento y puede aumentar hospitalizaciones, costos familiares y la propagación comunitaria, impactando la productividad y el bienestar social y, en los casos más graves, puede resultar mortal.

Cada vez que alguien consume un antibiótico sin necesidad, las bacterias que habitan en nuestro cuerpo tienen la oportunidad de adaptarse al medicamento. Con el tiempo, se vuelven más fuertes y desarrollan mecanismos para “defenderse”, reduciendo la eficacia de los tratamientos futuros y poniendo en riesgo la salud y la calidad de vida. Esto es especialmente crítico en México, donde la automedicación expone a efectos secundarios como diarrea, alergias o toxicidad, y contribuye a que infecciones virales (como resfriados) se traten erróneamente, perpetuando un ciclo de vulnerabilidad social.

Adicional a ello, la afección microbiana es un proceso que trae a corto plazo consecuencias en el equilibrio de las bacterias buenas para el organismo, siendo estas eliminadas injustificadamente. Esta alteración provoca, en un futuro, condiciones como la disbiosis intestinal, el colon irritable, y diversas alergias cutáneas y respiratorias.

“Es muy común que, ante el primer síntoma, ya sea de una infección viral o bacteriana, los mexicanos recurran a automedicarse con antibióticos. Sin embargo, esta práctica no solo expone al paciente a efectos secundarios innecesarios, sino que también contribuye directamente a que las bacterias se vuelvan resistentes. Al usarlos de forma indiscriminada, permitimos que infecciones antes tratables se conviertan en un riesgo grave para la salud”, comentó Bibiana Marriaga Núñez, médico especialista en Infectología Pediátrica.

Abandonar un tratamiento antibiótico antes de tiempo es más común de lo que pensamos. Muchas personas interrumpen la medicación al sentirse mejor, creyendo que ya están curadas. Otras veces, las limitaciones económicas dificultan completar el tratamiento, y en ocasiones se recurre a alternativas sin respaldo científico que prometen resultados rápidos, lo que nos lleva a un ciclo de vulnerabilidad social.

 

 

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