Comunicado. La OPS y la Oficina Internacional para la Epilepsia (IBE, por sus siglas en inglés) lanzaron un conjunto de herramientas diseñado para posicionar la epilepsia en el centro de las agendas de salud pública en América. Este recurso busca ayudar a las organizaciones de la sociedad civil a desarrollar campañas de abogacía que contribuyan a aumentar la conciencia, reducir el estigma y mejorar el acceso a la atención médica.
La epilepsia, un trastorno neurológico crónico caracterizado por convulsiones recurrentes, afecta a aproximadamente cinco millones de personas en la región. Sin embargo, se estima que 50% de estas personas no reciben el tratamiento necesario para llevar una vida normal. En América Latina y el Caribe, la tasa de mortalidad por epilepsia es significativamente más alta en comparación con Estados Unidos y Canadá. Más de la mitad de las personas con epilepsia en estas regiones carecen de acceso a servicios médicos adecuados, lo que resulta en un control inadecuado de sus síntomas.
El nuevo "Conjunto de herramientas del promotor para que la epilepsia sea una prioridad en la Región de las Américas" fue desarrollado por expertos en salud en colaboración con personas con epilepsia y sus familias. Este kit ofrece un abanico de recursos, incluyendo estrategias de promoción, ejemplos prácticos y plantillas.
“El recurso que ponemos a disposición puede ser un paso importante hacia un futuro en el que la epilepsia reciba los cuidados que merece, especialmente en la atención primaria. La implementación de campañas de promoción puede reducir el estigma y aumentar la concientización, facilitando el diagnóstico temprano y el acceso adecuado al tratamiento”, afirmó Renato Oliveira, jefe de la Unidad de Salud Mental y Uso de Sustancias de la OPS.
A pesar de que la epilepsia es tratable y los medicamentos son asequibles, el acceso a tratamiento sigue siendo un desafío. En Latam y el Caribe, dos tercios de los países no cuentan con un programa específico para la atención de la epilepsia. La falta de personal capacitado, la disponibilidad irregular de medicamentos y la falta de educación y concienciación sobre el trastorno contribuyen a la situación actual.
Francesca Sofia, presidenta de la IBE, indicó: “La colaboración entre múltiples partes interesadas será esencial si queremos lograr un cambio social transformador para las personas con epilepsia en las Américas. Esperamos que este conjunto de herramientas prácticas inspire y permita a nuestra comunidad dar forma colaborativa a acciones eficaces de promoción de políticas que aborden las necesidades reales de las personas con epilepsia y de quienes las atienden en esta región”.
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