En los últimos 17 años, el riesgo de que una persona sufra un infarto cerebral se incrementó 50%

Comunicado. En el marco del Día Mundial de la enfermedad vascular cerebral (EVC), conmemorado el pasado 29 de octubre, el Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía (INNN), llevó a cabo el evento "Reconocer la enfermedad vascular cerebral, Conversatorio para salvar vidas" que tuvo como propósito educar a la población y mitigar la mortalidad y discapacidad asociadas al infarto cerebral, una condición que, se estima, afecta a una persona cada dos segundos en el mundo.

El panorama global de la enfermedad vascular cerebral se puede manifestar como un infarto cerebral o una hemorragia cerebral es apremiante: más de 12 millones de personas experimentarán o experimentaron su primer EVC durante el presente año, y 6.5 millones de ellos fallecerán como consecuencia. Actualmente, más de 100 millones de personas en el mundo viven con las secuelas de un infarto cerebral, patología que se ha consolidado como la segunda causa de muerte y la tercera de discapacidad a nivel mundial.

En México, la situación no es menos alarmante, especialistas hacen un llamado urgente a saber reconocer los signos y síntomas de un infarto cerebral y acudir a tiempo al hospital, pues recibir atención médica adecuada ayudaría a evitar secuelas de gravedad a los poco más de 170 mil nuevos casos registrados anualmente y mitigaría una carga significativa para los pacientes, sus familias y el sistema de salud. Actualmente, las enfermedades cerebrovasculares, entre las que se encuentra el infarto cerebral, se ubican entre las 10 principales causas de mortalidad y se ha estimado que en los últimos 17 años el riesgo de que una persona sufra un evento cerebrovascular se incrementó 50%.

“En México, el infarto cerebral no solo figura como una de las principales causas de muerte, sino que también genera discapacidad en miles de personas anualmente, impactando profundamente sus vidas y las de sus entornos familiares, por ejemplo, se estima que el costo total de un evento así ascenderá a 1 billón de dólares para 2030. Es una realidad que demanda un abordaje basado en el conocimiento y la preparación. Es relevante destacar que hasta el 90% de los casos son prevenibles mediante el control de factores de riesgo clave, pues si un paciente presenta hipertensión, diabetes y/o tabaquismo, su sistema nervioso está comprometido y está en riesgo de que tenga un infarto cerebral”, enfatizó la Vanessa Cano, de la Clínica de Enfermedad Vascular Cerebral del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía.

Al respecto, el INNN llevó a cabo una jornada de salud “Riskometer” para la identificación de factores de riesgo que pueden generar un EVC. De acuerdo con el Dr. Andrés Campos, se lleva a cabo una evaluación de antecedentes familiares o personales de diabetes, presión alta o algún otro tipo de evento cardiovascular. Adicional a esto se mide talla, peso y se hace un monitoreo del ritmo cardíaco, glucosa y presión arterial. Los resultados podrían determinar el riesgo que tiene la persona de vivir un EVC en los siguientes 5 o 10 años. Finalmente, se entrega a la persona información relacionada a cómo ajustar o prevenir y reducir este riesgo.

 

 

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