Genética y estilo de vida, claves en el desarrollo de enfermedades hepáticas en población hispana

Comunicado. En el marco del Día Mundial del Hígado, a conmemorarse el pasado 19 de abril, especialistas de TecSalud hicieron un llamado para visibilizar la creciente necesidad de trasplantes de hígado en la población hispana, donde la genética y el estilo de vida se convierten en un escenario ideal para desarrollar enfermedades hepáticas como: cirrosis, hemocromatosis, hígado graso, hepatitis, entre otras.

La enfermedad hepática más común en mexicanos son: el hígado graso, influido por el síndrome metabólico, la obesidad y la genética. El gen PNPLA3, presente en la comunidad latina, eleva hasta en un 40% el riesgo de desarrollar estas enfermedades.

Otra de las causas de insuficiencia hepática aguda son los suplementos alimenticios no regulados, frecuentemente comercializados para “bajar de peso” o “desintoxicar”, que pueden causar daño hepático irreversible. “La mayoría de la población no requiere suplementos. Una alimentación balanceada, actividad física y evitar alcohol o tabaco son las verdaderas herramientas de prevención”, aseguró César Escareño, director del Servicio de Trasplantes de TecSalud.

Actualmente, el trasplante de hígado representa una opción terapéutica vital para pacientes con estos padecimientos en etapas avanzadas; sin embargo, la poca disponibilidad, la falta de cultura de donación, la referencia tardía, así como la falta de información sobre el tema,  son algunos retos que presentan este tipo de tratamientos en México; lo que ocasiona que se realicen apenas 250 a 300 trasplantes de hígado al año en todos los centros del país, mientras que un sólo hospital en Houston, Estados Unidos, puede alcanzar esa cifra en el mismo periodo.

Asimismo, Escareño señaló que la edad, el estado clínico o el diagnóstico inicial no deben ser criterios de exclusión por sí mismos. “Todos los pacientes son candidatos a trasplante hasta que se demuestre lo contrario, todos tienen derecho a ser evaluados”.

El trasplante hepático es una cirugía de alta especialidad que involucra a más de 15 profesionales de salud, dos quirófanos en paralelo y coordinación quirúrgica entre ciudades. La operación incluye tres fases críticas: hepatectomía, fase hepática (sin hígado) e implantación del nuevo órgano.

Cabe mencionar que es importante que los pacientes sean evaluados bajo el sistema MELD (Model for End-Stage Liver Disease), utilizado internacionalmente para priorizar a pacientes en lista de espera, un puntaje superior a 30 puntos (cuyo máximo es 40) se asocia con una probabilidad del 70% de mortalidad en los siguientes tres meses si no se realiza el trasplante.

En cuanto a la recuperación ésta puede variar dependiendo de la condición en la que llega el paciente al trasplante. En casos favorables, la reincorporación a una vida activa y productiva puede lograrse en tan solo seis meses. La supervivencia a un año del trasplante supera el 90%, y a cinco años alcanza el 80%, cifras comparables a los estándares internacionales.

 

 

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