Comunicado. Las Infecciones Asociadas a la Atención de la Salud (IAAS) se han convertido en un grave problema de salud pública altamente costoso para los pacientes, la sociedad, las aseguradoras y para todo el sistema nacional de salud, sin que haya incentivos para que los hospitales actúen verdaderamente en su combate.
Durante la IV edición del “Foro El desafío de las infecciones intrahospitalarias” celebrado en la Universidad Iberoamericana, economistas de la salud declararon que una infección intrahospitalaria genera en automático una factura para la aseguradora o para el paciente, y ello puede derivar en incentivos perversos donde un hospital ganaría más dinero si un paciente se le infecta, lo cual debe ser transformado para evitar un sistema de control en el sector que permita mantener acuerdos que protegen al hospital y perjudican al paciente.
Durante el panel, “Costos económicos, sociales y clínicos de las Infecciones Asociadas a la Atención a la Salud, y su impacto en el financiamiento para la salud”, moderado por Mercedes Juan, primera mujer en México que llegó a ser titular de la Secretaría de Salud (2012-2016), se analizaron las razones de por qué México no logra avanzar en el combate a las IAAS y la Resistencia Antimicrobiana concluyendo que las aseguradoras ejercen un papel crucial para que los hospitales reporten sus indicadores y generen confianza en sus propios pacientes.
“La Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros tiene una gran oportunidad para reconfigurar la manera en la que le pagan a los hospitales privados redireccionando su recurso hacia la prevención, lo cual repercute en un incremento en la calidad y por tanto en la práctica médica”, declaró Manuel Sánchez Castro, colaborador en el Health Systems Innovation Lab en la universidad de Harvard, desarrollando proyectos de participación ciudadana en la gestión de sistemas de salud.
Al mismo tiempo, la autoridad tiene la facultad de establecer una política de vigilancia y transparencia con los hospitales que asegure el cumplimiento de incentivos sanos en donde cada actor se haga responsable de la falta de prevención de infecciones y sus derivadas consecuencias.
Mariana Barraza Lloréns, economista en salud, explicó que existen incentivos económicos y de otro tipo, como son los de reconocimiento a la transparencia, al control de infecciones y al buen desempeño entre los equipos clínicos; sin embargo, es una herramienta que en México no se utiliza, aun cuando lo más valioso para un hospital y para el médico es su nombre y su ética. “Hay buenas experiencias en otros países. En Estados Unidos, por ejemplo, hay un conocido programa que penaliza al hospital cuando tiene un mal desempeño en sus indicadores que buscan evitar condiciones que se adquieren en el hospital, perdiendo un 1% de la tarifa del ente pagador por cada egreso hospitalario en un año fiscal”.
Los especialistas reconocieron que la falta de combate a las infecciones es derivado de la poca conciencia entre el personal directivo y administrativo en los hospitales, y el Gobierno tiene toda la facultad de exigirle a las instituciones de salud que arreglen el problema o bien enfocarlo con las aseguradoras. Es decir, si el hospital generó una infección, ni el paciente, ni el seguro, ni el Estado tienen por qué cubrirlo; es el sistema el que pierde, por tanto, el sistema es el que tiene que cambiar.
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