Comunicado. La diabetes es una enfermedad crónica que va más allá de elevar los niveles de azúcar en la sangre, también daña progresivamente los vasos sanguíneos y aumenta el riesgo de padecimientos cardiacos. Entre estas enfermedades cardiovasculares por diabetes se incluye la enfermedad de las arterias coronarias (EAC), el tipo más común de enfermedad cardíaca tanto en hombres como en mujeres.
En México, el panorama es particularmente preocupante, pues es el séptimo país del mundo con más personas viviendo con diabetes, según la Federación Internacional de Diabetes. Esta situación recalca la importancia de la prevención y el cuidado del corazón.
La buena noticia es que la diabetes es uno de los factores de riesgo más controlables, según la Asociación Estadounidense de Cardiología. El trabajo conjunto entre endocrinólogos (especialistas en diabetes), cardiólogos (expertos del corazón) y médicos de atención primaria es esencial para mantener bajo control la diabetes así como las enfermedades cardíacas asociadas.
“Cada vez se solicita más la ayuda de especialistas en diabetes para identificar problemas cardíacos e incluso insuficiencia cardíaca en pacientes con diabetes”, comentó Marie McDonnell, endocrinóloga de Mass General Brigham, enfatizando cómo estas dos condiciones están relacionadas.
Las arterias coronarias son las encargadas de llevar sangre, oxígeno y nutrientes al corazón. Cuando se acumula placa (una mezcla de colesterol y otras sustancias) dentro de ellas, las paredes se endurecen y se estrechan, lo que dificulta el paso de la sangre. A esto se le conoce como enfermedad de las arterias coronarias.
“El exceso de azúcar en la sangre hace que los vasos sanguíneos se vuelvan menos flexibles y más propensos a acumular placa. Además, provoca inflamación, lo que agrava el daño. Cuanto más tiempo vive una persona con diabetes —incluso si está controlada con medicamentos—, mayor es el riesgo de que los vasos sanguíneos se deterioren”, explica McDonnell, también directora del Programa de Control de la Diabetes en el Brigham and Women’s Hospital.
La combinación de diabetes y enfermedad coronaria es especialmente peligrosa. El daño que ambas provocan puede llevar a ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares o insuficiencia cardíaca. De hecho, las personas con diabetes tienen hasta cuatro veces más probabilidades de morir por enfermedades cardiovasculares que quienes no las padecen, y la enfermedad de las arterias coronarias es la principal causa de muerte entre ellas.
Mantener un buen control de glucosa en la sangre es clave para proteger el corazón, pero no es lo único importante. “Para reducir verdaderamente el riesgo de enfermedades cardiovasculares por diabetes, es necesario controlar el colesterol alto, la presión arterial alta y la obesidad”, señaló McDonnell.
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