Comunicado. La enfermedad diarreica aguda (EDA) continúa siendo una de las principales dolencias gastrointestinales en México, donde afecta especialmente a niños y poblaciones vulnerables. Aunque la tendencia puede variar año con año, datos oficiales muestran patrones persistentes que, de acuerdo con especialistas, requieren atención urgente y prevención. Una de las estrategias preventivas clave en este panorama es el cuidado de la microbiota, un ecosistema de billones de microorganismos que viven en el intestino, fundamentales para la salud.
“Entre las principales causas de los padecimientos gastrointestinales en México destacan el consumo de agua y alimentos contaminados, especialmente en zonas de alta humedad y calor, que dan origen a infecciones diarreicas transmitidas principalmente por la vía feco-oral, a través de patógenos como rotavirus, E. Coli, Campylobacter, Giardia y parásitos como Entamoeba Histolytica”, señaló Antonio Rojo, gerente médico en Eurofarma México.
De acuerdo con cifras disponibles de la ENSANUT, El 7.1% de los menores de cinco años presentó episodios de EDA en las dos semanas previas al estudio. La prevalencia más alta se registró en niños de un año (20.3%) y en niñas de dos años (9.3%); además de que las zonas urbanas mostraron mayor incidencia (7.8%) que las rurales (5.2%).
"Estos padecimientos no sólo generan ausentismo escolar y laboral, sino que en casos graves pueden poner en riesgo la vida, por lo que es indispensable reforzar las acciones de prevención y educación", añadió Rojo.
Como una manera de prevención, el especialista destaca el papel fundamental de la microbiota intestinal en la salud. Este ecosistema de billones de microorganismos participa en funciones inmunológicas, digestivas y metabólicas. El equilibrio de este ecosistema, conocido como eubiosis, actúa como la primera línea de defensa contra patógenos. Por el contrario, un desequilibrio, o disbiosis, puede dejar al intestino vulnerable a infecciones.
“Una microbiota intestinal saludable ayuda a fortalecer la barrera natural del intestino, que actúa como un filtro para evitar el paso de microorganismos dañinos que pueden causar infecciones. Las bacterias buenas compiten por espacio y nutrientes, lo que dificulta que los patógenos se instalen y se reproduzcan. Así, aunque no podemos verla, la microbiota influye directamente en nuestra salud digestiva, el sistema inmune e incluso en nuestro estado de ánimo”, indicó el especialista.
“En cuanto al cuidado de la microbiota, se aconseja consumir alimentos ricos en fibra (legumbres, frutas, verduras) y fermentados naturales, como yogur, kéfir o queso, además de evitar el uso innecesario de antibióticos”, concluyó Rojo.