Comunicado. En el marco del Día Mundial de la Alimentación, a conmemorarse hoy 16 de octubre, la nutrióloga Priscilla Soler, co-fundadora de Holiherb, informó que, desde la pubertad hasta la menopausia, el cuerpo de la mujer vive múltiples cambios hormonales. Muchos de los síntomas atribuidos al “desbalance” hormonal como las irregularidades menstruales, fatiga, cambios de humor y aumento de peso, entren otros, tienen una pieza en común: la nutrición.
“Es clave entender cómo lo que comemos afecta las hormonas y, en consecuencia, puede marcar la diferencia entre vivir cambios hormonales con estabilidad o padecerlos”, agregó la especialista.
Las hormonas como el estrógeno, la progesterona, la testosterona, la insulina e incluso el cortisol (conocida popularmente como la hormona del estrés), entre otras, regulan funciones vitales: el metabolismo, la reproducción, la respuesta al estrés, el estado de ánimo, el crecimiento del cabello y lozanía de la piel, entre otras diversas funciones, de allí la importancia de conmemorar el Día Mundial de la Alimentación.
Por ello, explicó Soler que “el desequilibrio en cualquiera de ellas puede reflejarse en la energía, el estado de ánimo, la fertilidad o la salud metabólica. Más que enfocarse en contar calorías, se trata de nutrir al cuerpo con alimentos reales, mantener una buena masa muscular y favorecer un metabolismo estable. Cuando el cuerpo recibe lo que necesita, las hormonas también encuentran su equilibrio”.
De acuerdo con la Sociedad Mexicana de Endocrinología el exceso de peso se asocia a la resistencia a la insulina, lo que puede afectar los niveles de testosterona. En contraste, un peso muy bajo o déficit calórico grave también puede interrumpir ciclos menstruales.
Entre los nutrientes esenciales en la fabricación, regulación y balance de las hormonas están las vitaminas del complejo B y vitamina D, el hierro, el zinc y magnesio, la fibra
drasas saludables (omega-3), así como las proteínas de buena calidad (pescado, pechuga de pollo, carne magra).
“El equilibrio hormonal no depende del azar ni únicamente de la genética. La forma en que nos alimentamos tiene un papel decisivo: elegir alimentos reales y mantener hábitos consistentes puede transformar desde la energía y el estado de ánimo hasta la salud reproductiva. Cuidar la nutrición es una forma directa de cuidar las hormonas y, con ello, el bienestar integral de la mujer”, finalizó Soler.
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