Amgen México impulsa la medicina personalizada para cáncer de mama

Comunicado. Cada 19 de octubre se conmemora el Día Mundial de la Lucha contra el Cáncer de Mama, una fecha que busca generar conciencia sobre la importancia del diagnóstico oportuno, el acceso a tratamientos adecuados y el acompañamiento integral de las personas que viven con esta enfermedad.

Con una trayectoria consolidada en biotecnología, Amgen ha desarrollado terapias que responden a necesidades médicas complejas como el cáncer de mama. Su enfoque se basa en la investigación científica rigurosa, la calidad en la manufactura y el cumplimiento de estándares regulatorios internacionales, lo que permite ofrecer tratamientos seguros, eficaces y accesibles para las pacientes mexicanas.

En México, el cáncer de mama continúa siendo el tipo de cáncer con mayor incidencia, con más de 31 mil nuevos casos registrados en 2022, y el segundo en mortalidad, con más de 8,000 fallecimientos en el mismo año.

El cáncer de mama puede desarrollarse tanto en hombres como en mujeres, aunque es mucho más frecuente en ellas. Se estima que una de cada doce mujeres podría desarrollar esta enfermedad en algún momento de su vida.  Gracias a los avances en el diagnóstico, la medicina personalizada y las terapias de soporte, hoy es posible mejorar significativamente el pronóstico y el estado general de salud de los pacientes.

“Es fundamental que las personas estén atentas a cualquier cambio en su salud y que, ante cualquier anomalía, acudan a una revisión médica. Detectar la enfermedad en etapas iniciales permite acceder a tratamientos más eficaces y personalizados. Además, es crucial que los médicos consideren también las complicaciones derivadas de los padecimientos, como la anemia, la neutropenia y las metástasis óseas, que pueden afectar la salud y retrasar el tratamiento contra el cáncer”, señaló Max Saráchaga, director médico de Amgen México.

Una vez que se confirma el diagnóstico de cáncer de mama, el tratamiento puede incluir cirugía, radioterapia, quimioterapia, inmunoterapia y/o medicina personalizada. Este último enfoque busca diseñar planes individualizados para cada paciente, considerando las características moleculares de su enfermedad. Para ello, la prueba de biomarcadores es una herramienta clave que permite al médico establecer el curso óptimo de tratamiento.

Los biomarcadores son moléculas biológicas presentes en la sangre, fluidos o tejidos que permiten conocer el comportamiento del tumor, su evolución y la posible respuesta a un tratamiento específico. En el cáncer de mama, uno de los biomarcadores más relevantes es el HER2, una proteína que promueve el crecimiento celular. Los tumores HER2-positivos tienden a ser más agresivos, pero también pueden ser tratados con opciones terapéuticas específicas que han demostrado mejorar el pronóstico.  Se estima que aproximadamente 1 de cada 5 diagnósticos de cáncer de mama son HER2-positivos.

Actualmente, las mujeres mexicanas que viven con cáncer de mama positivo a HER2, son candidates a recibir tratamiento con una opción biocomparable con base en un anticuerpo monoclonal inhibidor del HER2. Esta terapia representa una alternativa eficaz y segura, respaldada por más de cuatro décadas de experiencia en biotecnología.

En etapas avanzadas del cáncer de mama, una de las complicaciones más comunes es la metástasis ósea. Se estima que hasta el 75% de las mujeres con cáncer de mama metastásico desarrollarán metástasis en los huesos.  Esta condición puede provocar fracturas, dolor intenso, compresión de la médula espinal y otras manifestaciones graves que impactan directamente en el bienestar físico y emocional de las pacientes.

Los eventos óseos relacionados con el cáncer (SREs, por sus siglas en inglés) incluyen fracturas patológicas, compresión medular, necesidad de cirugía ósea o radioterapia dirigida al hueso. Estos eventos no solo generan dolor y discapacidad, sino que también pueden afectar la continuidad del tratamiento oncológico y aumentar los costos de atención médica.  El manejo adecuado de estas afecciones incluye el uso de bifosfonatos y anticuerpos monoclonales que ayudan a fortalecer los huesos y reducir el riesgo de fracturas.

Además de las metástasis óseas, otras complicaciones frecuentes en pacientes con cáncer de mama incluyen la anemia inducida por quimioterapia, que puede provocar fatiga y dificultad para respirar, y la neutropenia, que es una disminución en la cantidad de glóbulos blancos e incrementa el riesgo de infecciones graves. Ambas condiciones pueden requerir transfusiones, terapia de hierro o factores de crecimiento hematopoyético para mantener la continuidad del tratamiento.

“En Amgen, creemos que cada paciente merece un tratamiento que se adapte a sus necesidades específicas. Por eso, impulsamos la medicina personalizada y las terapias de soporte como pilares fundamentales en la atención del cáncer de mama. Nuestra misión es servir a los pacientes y continuar desarrollando soluciones que mejoren su calidad de vida”, concluyó Saráchaga.

 

 

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