Comunicado. Actualmente, tras el confinamiento que provocó el Covid-19, el distanciamiento social ha sido parte fundamental para el plan de reducción de contagios, sin embargo, el hecho de estar largos periodos de tiempo encerrados en casa, con hábitos alimenticios poco saludables y la falta de ejercicio, pueden orillar a algún miembro de la familia a presentar índices de obesidad, razón por la que los cambios físico-mecánicos y principalmente químicos por el exceso de peso pueden contribuir al desarrollo de la forma más común de artritis, llamada osteoartritis (OA).
La OA es una enfermedad que afecta a millones de personas en el mundo caracterizada clínicamente por el dolor articular al iniciar el movimiento, generando como resultado discapacidad progresiva y disminución en la calidad de vida. En México, es una de las primeras 10 causas de invalidez, lo que incrementa la carga económica y social del país.
Federico Sandoval García, especialista en enfermedades reumatológicas y osteoartritis, mencionó que una persona con problemas de sobrepeso tiene casi tres veces más posibilidades de padecer osteoartritis, especialmente de la rodilla, espalda o cadera, que están hechas para soportar un cierto peso proporcional a lo correspondiente según la estatura de cada persona. Igualmente, existen estudios que han demostrado una asociación con articulaciones que no son de carga, tales como las manos y los hombros.
Es importante reconocer que la obesidad puede prevenirse y, de hecho, es el único factor de riesgo de la osteoartritis potencialmente modificable. “Para los pacientes que presentan un peso demasiado elevado, sería benéfico modificar su dieta con el apoyo de un nutriólogo y practicar un poco de ejercicio, ya que podría mejorar significativamente su estado funcional, además de reducir los signos del dolor” destacó Sandoval García.
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