Comunicado. Las enfermedades no transmisibles, como las cardiovasculopatías, los distintos tipos de cáncer, las enfermedades respiratorias crónicas y la diabetes, causan el 75% de las defunciones en el mundo, informó la OMS.
Y agregó que las personas que viven bajo emergencias humanitarias corren más riesgo de sufrir las consecuencias graves de estas enfermedades y, según sus cálculos, la probabilidad de padecer un infarto de miocardio o un accidente cerebrovascular es tres veces mayor tras haber sido afectado por un desastre o catástrofe. Sin embargo, las actividades de preparación y respuesta frente a las emergencias humanitarias se suelen centrar en las necesidades más inmediatas y, habitualmente, no tienen en cuenta la atención y el tratamiento de las personas con esas enfermedades.
Con el fin de ayudar a integrar los servicios esenciales para las enfermedades no transmisibles en la preparación para las emergencias y la respuesta humanitaria, la OMS, el Reino de Dinamarca, el Reino Hachemita de Jordania, la República de Kenya y el ACNUR (la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados) han convocado conjuntamente una reunión técnica mundial de alto nivel sobre las enfermedades no transmisibles en los contextos humanitarios.
Durante el año 2023, la OMS actuó frente a 65 emergencias sanitarias clasificadas en todo el mundo, mientras que 10 años antes solo lo había hecho frente a 40. También en 2023, el ACNUR emitió 43 declaraciones de emergencia, la cifra más elevada en décadas, para prestar más apoyo a 29 países. De acuerdo con los cálculos de las Naciones Unidas, 300 millones de personas necesitarán protección y asistencia humanitarias en 2024 y más de la mitad (165,7 millones) requerirán asistencia humanitaria de emergencia.
Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS, dijo: “Durante una crisis humanitaria, las personas se ven expuestas a un mayor estrés y a situaciones traumáticas, y pueden toparse con más dificultades para acceder a los servicios y a medicamentos. En las personas que tienen enfermedades no transmisibles, ello puede dar lugar a un agravamiento de estas afecciones. Las necesidades a este respecto son enormes, pero no se acompañan de un incremento suficiente de los recursos. Tenemos que encontrar la manera de integrar la atención a las enfermedades no transmisibles en la respuesta a las emergencias para proteger la vida de las personas que presentan estas patologías y para mejorar la seguridad sanitaria”.
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