La Jornada. A partir de este año, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) hará uso de 1,934 mdp de las reservas financieras para garantizar el pago de pensiones por invalidez y vida, las cuales prevé que aumentarán como consecuencia de secuelas y fallecimientos ocasionados por la pandemia de Covid-19, y en los siguientes años por el incremento de complicaciones graves y decesos por diabetes, se indicó en el Informe sobre la Situación Financiera 2020-2021 del organismo y se plantea que este año se requerirán 6,544 mdp, de los cuales 99.5% serán por secuelas de la pandemia y 0.5% para personas con complicaciones de diabetes.
En los próximos 50 años, el gasto adicional por pensiones de invalidez, viudez, orfandad y ascendencia por el deceso del asegurado o pensionado tendrá un costo de más de 51 mil mdp.
Además de la posposición de cirugías y consultas de especialidad, durante 2020 las personas dejaron de acudir a los servicios de prevención y control de enfermedades, entre ellas la diabetes, por lo que algún porcentaje aún por determinar desarrollará otros problemas, como insuficiencia renal y/o retinopatía diabética, las cuales generan discapacidad física y muertes prematuras.
Aunque el IMSS señaló que se mantuvo la prestación de algunos servicios, entre ellos los de diálisis y hemodiálisis, el informe reconoce que en 2020 se redujo 25% la inversión en los servicios de diálisis peritoneal automatizada, con respecto a lo que estaba programado.
Estos, entre otros factores, explican la previsión del instituto sobre el aumento que tendrán las pensiones por invalidez y vida en el corto, mediano y largo plazos.
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