Comunicado. En México, el cáncer de próstata (CaP) es la principal causa de enfermedad en hombres, cobrando alrededor de 375 mil vidas anualmente a nivel mundial, de acuerdo con datos de Global Cancer Observatory (Globocan). Por ello, en el marco del Día Mundial del Cáncer de Próstata, que se conmemora cada 11 de junio, expertos hacen un llamado a los hombres mayores de 40 años a realizarse las pruebas de tamizaje necesarias para un diagnóstico y en cada caso, determinar el mejor enfoque terapéutico de acuerdo con la etapa de la enfermedad.
Por desgracia, siete de cada 10 pacientes buscan atención médica cuando el cáncer ya se encuentra avanzado, fase en la que se puede ver deteriorada su calidad de vida sin el seguimiento médico adecuado. Aunque esta cifra es significativa y representa la mayoría de los casos, todavía persisten estigmas y temores para asistir a las consultas con los especialistas en urología en, al menos, 54% de los hombres.
La ausencia de síntomas en las etapas iniciales, aunado al crecimiento silencioso del tumor, hace que pase inadvertido para el paciente, por lo que su diagnóstico se realiza cuando ya se ha propagado fuera de la glándula prostática. De ahí que este tipo de cáncer esté asociado con alta mortalidad en México.
“Cuando hablamos de cáncer de próstata metastásico avanzado, nos referimos a la etapa en la que la enfermedad se ha extendido y ha alcanzado otras partes del cuerpo, como los huesos o los ganglios linfáticos. Además, aparecen síntomas como molestia al orinar, dolor en la parte baja de la espalda, pérdida de peso o insuficiencia renal”, explicó Juan Carlos Huerta, especialista en urología oncológica y miembro de la Asociación Mexicana de Urología Oncológica.
A medida que el cáncer de próstata avanza, es común que las células cancerígenas se diseminen al hueso. Esto ocurre porque el hueso proporciona un entorno propicio para la multiplicación de las células tumorales, gracias a su abundante suministro de sangre. Además, la conexión entre la columna vertebral y las costillas a través de la red de vasos sanguíneos facilita la propagación del tumor en esta zona, causando síntomas como dolor, debilidad ósea, fracturas y dificultad para la movilidad, lo que afecta significativamente la calidad de vida.
Cabe mencionar que, en los últimos siete años, los avances científicos en el tratamiento del cáncer de próstata metastásico avanzado resistente a la castración (CPMRC) han sido alentadores.
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