Comunicado. La población joven no está exenta de padecer alguna enfermedad crónico-degenerativa, aunque se piense que estar en esta etapa de la vida es sinónimo de buena salud. La obesidad, la genética, una mala alimentación, tener algún traumatismo articular durante la práctica deportiva o una carga articular anormal; se vuelven factores de riesgo que pueden contribuir a desarrollar osteoartritis (OA).
La osteoartritis es una enfermedad degenerativa que no se puede curar, pero sí se puede tratar y, por ende, mejorar la calidad de vida de las personas que la padecen. El tratamiento incluye medicamentos analgésicos y antiinflamatorios, así como suplementos alimenticios, incluidos el colágeno no hidrolizado tipo II, Persea gratisima y glycine Max, entre otros, que ayudan a retardar el daño del cartílago.
En México, se estima que entre el 10.5 y 13% de la población la padece, y se encuentra viviendo con dolor, rigidez y deterioro de las articulaciones como rodillas, manos, hombros, tobillos, caderas y/o columna vertebral, lo que complica el desarrollo habitual de las actividades diarias y posiblemente llegar a ser muy limitante.
Federico Sandoval García, especialista en enfermedades reumatológicas y osteoartritis, compartió que es muy importante que conozcamos que la OA no afecta solamente a adultos mayores. Los síntomas pueden iniciar desde los 40 años y e incluso antes, para mejorar la calidad de vida de los pacientes es vital hacer cambios en la actividad física y la alimentación, ya que esto puede contribuir a desacelerar el avance y favorecer un nivel normal del funcionamiento de las articulaciones.
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