El Financiero. La compra consolidada de medicamentos y material de curación encabezada por la Oficina de Proyectos y Servicios de las Naciones Unidas (UNOPS) y el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), en México, concluyó con la concentración de contratos en una decena de firmas.
Del valor total de la compra de medicamentos para el sector público por 45,437 mdp para el periodo 2021 y 2022, las subsidiarias en México de Janssen-Cilag, Gilead Sciences, Roche, Novartis, Takeda, Novo Nordisk, Amgen, Bristol-Myers Squibb, Pfizer y AstraZeneca, concentraron 45.8% de los contratos.
“Prácticamente quien vemos que no participó fue PiSA, todos los otros eran distribuidores, creo que el resultado es positivo en términos generales porque buena parte de los lotes y bloques se adjudicaron a las empresas establecidas en el país y con capital mexicano”, dijo Enrique Martínez, vicepresidente de la consultora especializada Instituto Farmacéutico México (INEFAM).
En cuanto al tema del desabasto, Martínez indicó que éste “va a continuar porque, aunque se tengan las piezas van a estar en tránsito, atoradas en el proceso de la distribución, y honestamente vemos que en el 2021 no se va a lograr regularizar y las cifras recientes muestran que los números siguen siendo bajos, no dudo que extiendan los atrasos al 2022”.
Hasta ahora sólo se han entregado 8.5% de las 895 millones de piezas adjudicadas en la compra consolidada a inicios de agosto, de acuerdo con la plataforma proyectosaludmexico.org.
El problema, aseguró, es que los medicamentos están siendo entregados en 11 almacenes repartidos en el país, de ahí Birmex, que subrogó el servicio de distribución al contratar a la Compañía Internacional Médica (Cimsa), Médica Farma Arcar (MFA) y Vantage, moviliza los fármacos a los hospitales.
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