Comunicado. Durante los últimos dos años y medio, y raíz de la pandemia de la COVID-19, Andrew Persily, investigador del NIST (National Institute of Standars and Technology) ha estado haciendo investigaciones y estudios sobre ventilación de edificios y calidad del aire interior (IAQ). Demostró que mejorando la ventilación y otros aspectos de la IAQ, se puede reducir la exposición de las personas a aerosoles infecciosos y su riesgo de contraer COVID-19 y otras enfermedades respiratorias.
La pandemia no es la única razón para centrarse en la IAQ. Las tecnologías que mejoran la ventilación y la IAQ también pueden ofrecer importantes beneficios para la salud, el confort y la productividad de las personas en los edificios. Si se aplican con prudencia, también pueden aumentar la eficiencia energética de los edificios, que es clave para abordar las emisiones de gases de efecto invernadero de los edificios.
Con años de estudio en el tema, Persily descubrió la ventilación y la IAQ desde su llegada al NIST en 1982. Sin embargo, fue a raíz de la pandemia que se suscitó una atención pública en este campo nunca antes vista.
“Mi investigación pretende ayudar a garantizar que los sistemas de ventilación funcionen según lo previsto y de acuerdo con las normas del sector. Hay muchas soluciones de alta tecnología, como sofisticados controles de los sistemas de ventilación, sensores de IAQ y tecnologías de limpieza del aire. Pero muchos edificios necesitan primero que sus sistemas funcionen como es debido antes de probar nuevas tecnologías. Demasiados edificios sufren con demasiada frecuencia de un mantenimiento inadecuado que conduce a un rendimiento pobre en IAQ y eficiencia energética. Siempre que veo una nueva tecnología, me pregunto: ¿quién va a mantenerla si no mantenemos lo viejo?”, explica Persily.
Sus esfuerzos para 2023 continuarán un trabajo que ha realizado durante décadas: utilizar las concentraciones de dióxido de carbono en interiores para evaluar la ventilación de los edificios. El dióxido de carbono en interiores puede ser un indicador útil de la ventilación. Sin embargo, sigue habiendo una gran confusión sobre cómo interpretar las concentraciones de dióxido de carbono en interiores. Aunque muchos recomiendan controlar el dióxido de carbono en interiores y sugieren niveles objetivo, estas recomendaciones ignoran importantes diferencias entre espacios, el momento de las mediciones en relación con la ocupación y la base técnica para interpretar estas mediciones.
Su trabajo incluye estudios de simulación, herramientas informáticas, normas y orientaciones, al tiempo que escribe artículos y participa en actos para ayudar a la gente a entender lo que dice y lo que no dice el dióxido de carbono.
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