Comunicado. El estudio del IDIBAPS y la UOC se hizo con 200 personas de edades comprendidas entre cincuenta y setenta años.
Los carotenos se encuentran en las frutas y verduras de color amarillo, naranja y verde, y potencialmente tienen la capacidad de frenar la aterosclerosis.
Un nivel elevado de carotenos en sangre se relaciona con una menor presencia de aterosclerosis en las arterias y, por lo tanto, con un menor riesgo de enfermedades cardiovasculares. Así lo concluye un nuevo estudio de un equipo de investigadores del IDIBAPS y la UOC publicado en abierto en la revista Clinical Nutrition.
El trabajo ha sido dirigido por Gemma Chiva Blanch, del grupo del IDIBAPS Investigación traslacional en diabetes, lípidos y obesidad, que encabeza Josep Vidal. Chiva Blanch también forma parte del CIBEROBN y es profesora agregada e investigadora de los Estudios de Ciencias de la Salud de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).
Aterosclerosis y riesgo cardíaco
La aterosclerosis es la acumulación de grasa, generalmente colesterol LDL, el llamado colesterol malo, en la parte interna de los vasos sanguíneos. Esta acumulación en forma de placas de ateroma provoca una disminución del diámetro interno del vaso y, por lo tanto, dificulta la circulación de la sangre.
Asimismo, las placas de ateroma pueden romperse y formar trombos que impiden la circulación de la sangre, de forma que provocan infartos de miocardio, cuando la sangre no llega al corazón, o ictus isquémicos, cuando donde no llega es al cerebro.
El papel de los carotenos
Es conocido que la alimentación tiene un papel clave en las enfermedades cardiovasculares. Los carotenos son unos compuestos bioactivos presentes en las frutas y verduras de color amarillo, naranja y verde (zanahorias, espinacas, lechugas, tomates, boniatos, brócoli, el melón naranja o cantalupo, pimiento, mango, papaya, albaricoques, nísperos, calabaza, etc.). Los carotenos tienen, potencialmente, la capacidad de frenar la aterosclerosis. "Sin embargo, los estudios que se han hecho hasta ahora no han sido concluyentes e incluso parece que, administrados como suplemento, tienen un efecto perjudicial", explica Chiva Blanch.
En el artículo se estudiaron 200 personas de edades comprendidas entre cincuenta y setenta años que forman parte de la cohorte DIABIMCAP, reclutada por el grupo de Investigación transversal en atención primaria del IDIBAPS, que dirige Antoni Sisó Almirall. A los voluntarios que participaron en el estudio se les analizaron dos parámetros: la concentración de carotenos en sangre y, mediante una ecografía, la presencia de placas de ateroma en la arteria carótida.
"El estudio concluye que una mayor concentración de carotenos en sangre se traduce en una menor carga aterosclerótica, especialmente en mujeres", añade Chiva Blanch. "Por lo tanto, podemos confirmar que una dieta rica en frutas y verduras y, por lo tanto, en carotenos disminuye el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares", concluye.
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