Comunicado. No es ningún secreto que el cáncer es increíblemente difícil de tratar, y mucho menos de curar. Según un estudio que analiza las aprobaciones de la FDA de nuevos medicamentos contra el cáncer entre 2003 y 2021, estos medicamentos sólo extendieron marginalmente la supervivencia de los pacientes con un aumento medio de menos de tres meses. Si bien se han logrado algunos avances, en muchos tipos de tumores el impacto en la supervivencia general ha sido históricamente bajo.
Elissa Canfield, líder de desarrollo del programa clínico de oncología de AbbVie, recuerda que su vida cambió en un instante cuando a su marido Bill, de 46 años, le diagnosticaron cáncer de pulmón de células no pequeñas. “Cuando diagnosticaron a mi marido no había pruebas de biomarcadores ni mutaciones genéticas ni terapias dirigidas; ese tipo de trabajo recién comenzaba. Trataron a todos por igual y el pronóstico fue el mismo”.
Ahora, apenas unos años después, el campo está experimentando una transformación en la forma en que se pueden tratar algunos cánceres. La capacidad de curar parece más factible con cada nuevo descubrimiento. Las nuevas tecnologías, una mayor comprensión de los factores que impulsan el comportamiento de los tumores y los resultados de años de investigación científica han dado lugar a lo que muchos llaman una “era dorada de la investigación del cáncer”.
Las terapias dirigidas a biomarcadores y las inmunoterapias que aprovechan el propio sistema inmunológico del cuerpo para reconocer y destruir el cáncer han allanado el camino para nuevos medicamentos que están ampliando la supervivencia de ciertos tumores. Por ejemplo, las tasas de supervivencia a cinco años de la leucemia se han más que duplicado, del 34 por ciento a mediados de la década de 1970 al 69% entre 2012 y 2018, según la Leukemia & Lymphoma Society.