Comunicado. Para que un nuevo tratamiento pueda ser aprobado por las agencias gubernamentales y, posteriormente, recetado por los médicos, primero debe ser probado en estudios clínicos cuya premisa es demostrar el impacto de mejorar la salud de las personas, incluyendo calidad de vida y en forma idónea salvar las vidas.
Pero para que la investigación clínica tenga la efectividad deseada dependerá, en gran medida, de la diversidad de los participantes, estos pueden tener diferentes reacciones al mismo tratamiento, según su edad, género, peso, raza o etnia, entre otros factores.
Por lo tanto, la diversidad en los estudios fomentará la equidad en el acceso a la atención médica para que los resultados sean aplicables a una amplia gama de la población. De ahí que la industria farmacéutica continúe evolucionando para que sus estudios clínicos logren la representatividad adecuada.
MSD promueve la inclusión de diversas comunidades en su investigación, al crear programas y políticas que permitan el acceso equitativo a sus ensayos.
“Creemos que los ensayos clínicos son una parte clave del desarrollo de medicamentos y, por lo tanto, en el objetivo primordial de salvar y mejorar vidas. Es por eso que la diversidad en nuestros ensayos no es simplemente una iniciativa, sino nuestra forma de trabajar”, señaló Michelle Argüelles, directora de Investigación Clínica de MSD en México.
Es importante resaltar que esta diversidad impulsa el progreso y descubrimiento de nuevas opciones terapéuticas, siendo el principal reto revertir las brechas que se han generado al omitir sistemáticamente a las minorías raciales y étnicas de estos ensayos.
Un hito significativo en cuanto a la inclusión de las minorías se dio cuando la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés), a través de su Oficina de Salud de las Minorías y Equidad en la Salud creó la “Iniciativa de Diversidad en Estudios Clínicos”, cuyo objetivo fue la elaboración de planes para aumentar la participación de personas pertenecientes a poblaciones raciales y étnicas subrepresentadas.
Además, las tecnologías y dispositivos han tomado un papel importante para el monitoreo remoto, eliminando las barreras de los participantes y mejorando el acceso a los investigadores para la recolección de datos.
Mejorar la diversidad en los ensayos es un desafío complejo que requiere la colaboración y participación de las organizaciones y partes involucradas, entre ellas la industria farmacéutica.
Es por ello que MSD, con más de 90 años en México, se ha colocado como el primer patrocinador de estudios clínicos en el país, contando con 92 estudios activos con una participación de 1,359 pacientes.
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