Reuters, ABC, AFP. El regulador chileno de salud aprobó el uso de la vacuna contra el Covid-19 del laboratorio chino Sinovac para niños mayores de tres años, con lo que ampliaría su uso en el masivo y rápido plan de inoculación local.
El país sudamericano ha utilizado la fórmula de Sinovac como bandera de su exitoso programa, que ya ha sido completado por más de 13.8 de sus 19 millones de habitantes.
“Tenemos antecedentes suficientes para dar la aprobación a la vacuna en niños desde los tres años”, dijo Heriberto García, jefe del Instituto de Salud Pública de Chile.
En septiembre el organismo ya había aprobado la fórmula para niños mayores de seis años. Cabe mencionar que la vacuna de Pfizer-BioNTech es utilizada en menores a partir de los 12 años.
… LA EMA se ha posicionado a favor de administrar la vacuna de Pfizer en niños de cinco a 11 años tras reunirse recientemente. Igual que para los adultos, el organismo aboga por que los menores reciban dos inyecciones contra el Covid-19 en un plazo de tres semanas, aunque con una dosis de un tercio de la que recibe el resto de la población.
Esta decisión se produce en medio de un gran aumento de casos de Covid-19 en toda Europa, principalmente por la escasa cobertura de vacunación en algunos países y porque el colectivo de menores de 11 años aún no ha podido recibir la vacuna. La EMA la comunicará ahora a la Comisión Europea, que deberá tomar la decisión final.
Además, la EMA explica que los efectos secundarios más comunes en niños de cinco a 11 años son similares a los de las personas de 12 años o más. Incluyen dolor en el lugar de la inyección, cansancio, dolor de cabeza, enrojecimiento e hinchazón en el lugar del pinchazo, dolor muscular y escalofríos. Estos efectos suelen ser leves o moderados y mejoran a los pocos días de la vacunación, apunta el organismo, que concluye por tanto que los beneficios de la vacuna en niños superan a los riesgos.
… Los primeros ensayos de una vacuna contra el Covid-19 que apuesta por un tipo de inmunidad diferente de la que tienen las vacunas clásicas han dado unos resultados esperanzadores, destacó un estudio publicado en la revista Nature.
Los primeros ensayos (fase 1) en Alemania de un proyecto de vacuna contra el coronavirus, denominado CoVac-1, mostraron que estimulaba una inmunidad relacionada con los linfocitos T, los cuales son un tipo de glóbulos blancos responsables de la segunda etapa de la respuesta inmunitaria, la inmunidad celular, que completa la de los anticuerpos mediante el ataque directo a las células infectadas y no solamente contra los virus que circulan en el organismo.
Para la primera evaluación clínica de esta vacuna participaron 36 personas de 18 a 80 años de edad, que recibieron una sola dosis de esta vacuna experimental.
El CoVac-1 tiene como objetivo provocar una inmunidad duradera contra el SARS-CoV2, producida mediante los linfocitos T, para reproducir en la medida de lo posible la inmunidad adquirida a través de una infección natural.
Esta inmunidad inducida por las células T es una “respuesta importante para el control de los virus y podría ser utilizada para las personas inmunodeficientes”, destaca el artículo y agrega que la respuesta sobrepasó la provocada por la infección natural del coronavirus. Y no fue "alterada" por ninguna variante actual (Alfa, Beta, Gama y Delta).
Estos resultados son, sin embargo, muy embrionarios y solamente ensayos más amplios podrán confirmar el interés real de esta vacuna para proteger contra el Covid-19.
Una vacuna clásica provoca en el cuerpo humano la creación de anticuerpos tras la inoculación de un virus. Los linfocitos T permiten una respuesta potencialmente más amplia, aunque su papel en la lucha contra el Covid-19 es aún poco conocido.
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